Vida útil de las plantas fotovoltaicas

Vida útil de las plantas fotovoltaicas

La evaluación y seguimiento de la vida útil esperada de una planta fotovoltaica; es una tarea compleja que requiere un estudio particular de los diversos factores que pueden influir en el estado de la instalación. En el caso de una planta fotovoltaica estándar, este análisis se fundamenta principalmente en un estudio cruzado entre los valores de diseño, la vida útil de los equipos principales (principalmente módulos e inversores) combinado con el análisis del estado y ejecución de la obra civil y electromecánica, así como de los componentes auxiliares que componen la instalación.

Además, existen otros aspectos que influyen en la longevidad de una planta fotovoltáica, como la calidad y frecuencia de los trabajos de mantenimiento preventivo y correctivo, la disponibilidad de piezas de repuesto y la tasa de sustitución de componentes dañados, o las condiciones ambientales.

Para que el  estado de la planta sea óptimo, es necesario diferenciar entre varios tipos de mantenimiento:

  • Mantenimiento predictivo: Se trata de supervisiones periódicas para analizar el estado de las instalaciones. Con base en los resultados, se realizan seguimientos focalizados para equipos con comportamientos anómalos y se programan los mantenimientos preventivos de las instalaciones.
  • Mantenimiento preventivo: Son básicamente las inspecciones y las puestas a punto periódicas de las instalaciones. Estas actuaciones se programan buscando la menor afección a la producción de las instalaciones y se realizan en función de las especificaciones del fabricante, con el fin de mantenerlos en estado óptimo y eficiente.
  • Mantenimiento correctivo: Son actuaciones programadas o no (en caso de una incidencia no controlada), cuyo propósito es corregir los fallos que sobrevienen en el funcionamiento de la instalación.
  • Mantenimiento ingeniería: Se realizan los estudios pertinentes de cara a la normativa sectorial vigente, principalmente debido a actualizaciones de la normativa.

Los distintos actores del sector se intentan adelantar a la evolución de los modelos de negocio que implican un aumento de la vida útil de las instalaciones solares fotovoltáicas. Mientras que las condiciones actuales del mercado permiten que las obras civiles y electromecánicas alcancen cómodamente una vida útil de 40 años con unos servicios de O&M adecuados, se observa que los activos fotovoltaicos (módulos e inversores) requieren una provisión de repuestos (MRA) por adelantado para conciliar las diferencias entre su vida útil y la del resto de componentes de la instalación.

Pongamos como ejemplo una instalación donde los módulos e inversores tienen garantías de producto para 25 y 5 años respectivamente. Con el objetivo de que todos los componentes alcancen los 40 años operativos, se deberá considerar un MRA para módulos e inversores a partir del año 26 y 6, respectivamente, que continuará hasta el año de desmantelamiento de la planta. A lo largo de este período, veremos que se reemplaza aproximadamente el 5% de los módulos y 175% de los inversores como parte de esta provisión.

Sin embargo, a medida que el sector ha ido alcanzando una mayor madurez, sus principales actores han podido ofrecer mayores y más amplias garantías de producto (hasta 30 y 15 años para módulos e inversores, respectivamente) y de rendimiento (hasta 12 años para los módulos), impulsando aún más la proyección de la vida útil de las instalaciones que hasta hace muy poco eran impensables. En los últimos 10 años, se aprecia un cambio en los modelos de negocio que implican un aumento de la esperanza de vida de las plantas fotovoltaicas de 25 a 35 años, e incluso a 40 años para los modelos más ambiciosos, cambiando así el paradigma de muchas matrices renovables y de las cadenas de valor en distintos mercados. Este cambio de paradigma afectará directamente a desarrolladores de proyectos solares fotovoltaicos, que tendrán que revisar ajustar y mejorar los procesos dentro de un principio de marco legal que ya respalda esta durabilidad una planta solar fotovoltaica.

Cabe destacar que el cambio en la esperanza de vida útil para proyectos fotovoltaicos no limita su influencia sobre proyectos nuevos o en desarrollo. Para aquellos activos operativos cuyos módulos han alcanzado una determinada degradación de potencia, es común implementar una repotenciación de la instalación. Nuevamente, se tiene como objetivo maximizar la capacidad productiva dentro de los límites del marco legal.

Teniendo en cuenta esto último, es interesante observar que la frontera tecnológica ha permitido que la vida útil de las instalaciones fotovoltaicas se alinee con su vida útil administrativa, permitiendo que los proyectos lleguen a aprovechar todo su potencial.

Vector Renewables, a través de su servicio de Ingeniería de la Propiedad, verifica que el diseño de la planta sea tal que garantice la vida útil recogida en el contrato con la propiedad. También incluye entre sus servicios la comprobación y análisis de las plantas en operación de manera que se pueda valorar el estado general y ofrecer unas expectativas de vida útil realistas.

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